viernes, 9 de mayo de 2008

El es...


El es una sombra que deambula en el extremo de los días, tiene una vida anómala y un corazón roto, sin esperanza, sin aspiraciones. Cuando fue amado, dejo de ser sombra; ahora, en el ocaso de su amor, vuelve a habitar el reino de su propia miseria. ¿Que ha sido de él? ¿En qué se ha convertido? ¿Acaso era un ángel caído? Se proyectaba en las paredes abrumando a los demás, como un fantasma, con sus penas incomprensibles. Por eso su amor se hizo fugitivo, y lo dejó. Porque nadie puede amar a una sombra, solo se aman los seres reales, de carne y sangre; de voluntades y sueños; de colores y vida; de ambiciones mundanas y simples anhelos. Los cómplices de la apatía, desesperanzados pero conformes, esos si que se aman; se multiplican sin cesar y sin conciencia, para habitar un mundo despiadado.
Nadie puede amar a una sombra.
El era una sombra que vi desvanecerse